Un nuevo modo de entender el tiempo y la vida

Un nuevo modo de entender el tiempo y la vida

La manera de concebir el tiempo es otro de los factores que afectan profundamente el conjunto de la interpretación de la realidad, es decir, la cultura. Y este cambio de época también cambia la concepción clásica de entender el tiempo. Pensemos que durante 20 mil años desde los vestigios de la cultura todos los seres humanos entendieron el tiempo como una realidad extensa, pero esta concepción se está modificando después de tantos años y generando otra forma de pensar. Se entiende el tiempo no como extensión sino como intensidad. Esto se conecta con la manera de entender la vida y por tanto también modificando todo.

Entendíamos la vida como “real” desde la gestación, el crecimiento de la vida daba más valor acumulándose los valores y trayendo por consecuencia la atención, cuidado y veneración de la ancianidad como plenitud; la acumulación valiosa de vida.

Pero un concepto de “intensidad” cambia el sentido y el concepto de “vida real” determinándola entre los 18 y los 40. El dicho tradicional de que “la vida empieza a los 40” cambia completamente. Ahora “la vida termina a los 40”. Según esta nueva concepción de los 18 a 40 es la edad en la que se produce más y se goza más. La gente está sufriendo en esta mecánica. La esposa se siente inútil para el marido, el marido ya no tiene capacidad de dar gozo. Aparecen todo tipo de recursos para “mantenerse” en la vida real. La condición está orientada a mantenerse dentro del rango de esta “vida real” con ejercicio, arreglos, medicinas… La gente ya creyó y entendió la vida y el tiempo de esta manera. Entre los 18 y los 40 hay que vivir “intensamente”. los pequeños queman etapas para llegar pronto a ella sin disfrutar las etapas anteriores porque en ellas no te dejan “vivir” la vida real.

Pero después de los 40 nace el grupo social llamado “el tiradero” o “tercera edad” que tiene valores, que se puede manejar, explotar. El gran negocio americano es el de los asilos. De nuevo como lo decíamos la semana pasada con la revolución sexual, sólo bastó alterar un factor para desequilibrarlo todo.

Otra consecuencia es el permisivismo. Se permite todo lo que sea. Si la vida dura 22 años (18 a 40) el pasado y el futuro no importan.

Piensa que esta mentalidad pudo habernos afectado inconscientemente y que es necesario descubrir el error que se esconde en ella. No es algo superficial sino un factor fundamental para la cultura actual. Las consecuencias están a la vista. Retomar el concepto extenso del tiempo y de la vida amplía los horizontes y nos hace vivir cada etapa con sentido. Ser consientes de estas cosas nos ayuda a no seguir esas plataformas sino construir nuestra vida desde otras bases, desde otra manera de pensar más humanas. Piénsale.

Pbro. Lic. Arturo Macías Pedroza

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